Tradición y vanguardia se unen en Oskara con un bella plasticidad sobre el escenario de cortinas infinitas. Un espectáculo que transita del clasicismo a la innovación, desde la brutalidad hasta la sutileza, dentro de un imaginario que se sostiene en las raíces de la cultura vasca. Una relectura muy necesaria dirigida por Jon Maya con la voz en directo de Erramun Martikorena, al que han llegado a comparar con Sinatra, y el diseño del espacio escénico del valenciano Marcos Morau. Ganadora de tres Premios Max, Oskara posee toda la fascinación y el atavismo del harrijasotzea (levantamiento vasco de piedras). De la obra, de la danza y de sus incios hablamos con Maya en tres preguntas.
1.- ¿Qué es para ti la danza?
Vida. Me ha traído una forma de vida compartida en la que me enriquezco mucho cada día.
2.- ¿Qué es “Oskara”?
Una reflexión muy bella estéticamente sobre la identidad, el papel de la cultura en nuestros días.
3.- ¿Qué despertó tu interés por las artes escénicas y cuándo supiste que te dedicarías a ellas?
Todo empezó como un hobby, y poco a poco me he ido encontrando con una profesión que me apasiona y ha podido con aquello que inicialmente creía que iba a ser.